“El anonimato que brinda el callejeo diario estaría re-significando los tránsitos en la ciudad. A propósito de ese tránsito, Walter Benjamin ya lo había dicho en relación con el flaneur, aquel que se desplaza en medio de la multitud y que se singulariza en la medida que se ve solitario y arrastrado en un mar sin rostro. Relación interesante, pues el callejeo tiene ese sabor que permite enajenarse en ciertas tecnologías normalizadoras de los sujetos (familia, sistema educacional, cortejo amoroso, etc.) y que permite fluir en el pasaje de las propias pulsiones. El callejeo amoroso es un género urbano de reconocimiento de lenguajes particulares, de entendidos, de coa o meta-lenguaje sexual de expertos, de relación de cazado y cazador.”
(en Juan Pablo Sutherland, “El cuarto oscuro, ciudad erótica y políticas de higiene sexual” en Dibam, Revista de Patrimonio Cultural)
2 comentarios
Comments feed for this article
junio 9, 2008 a 6:26 pm
39escalones
Curioso. Nunca me he visto como un cazador. ¿Seré la presa? Pues ya pueden usar una buena escopeta…
Besos
junio 10, 2008 a 9:57 am
Luisa
Cuidado, Escalones, que ya sabes que las escopetas las carga el diablo… El tiene mucho que ver con los paseos urbanos, s.
Un besote