La strada (Federico Fellini, 1954)
El coleccionista (William Wyler, 1965):
«… cualquiera que pueda ser la apertura de una colección, hay en ella un elemento irreductible de no-relación con el mundo. Porque se siente alienado y volatilizado en el discurso social cuyas reglas se escapan, el coleccionista trata de reconstruir un discurso que sea para él transparente, puesto que posee los significantes y puesto que el significado último, en el fondo, es él mismo. Pero está condenado al fracaso. Creyendo superar el discurso social incoherente por un discurso apropiado y coherente sobre los objetos, no ve que traspone pura y simplemente la discontinuidad objetiva abierta en una discontinuidad subjetiva cerrada, donde el lenguaje mismo que emplea pierde todo valor general. Esta totalización realizada por los objetos lleva siempre, por consiguiente, la marca de la soledad: falta a la comunicación, y la comunicación le falta. Se plantea la siguiente cuestión: ¿Pueden los objetos constituirse en otro lenguaje que ése? ¿Puede el hombre instituir, a través de ellos, otro lenguaje que no sea un discurso a sí mismo?»
(Jean Baudrillard, El sistema de las cosas, 1979)
3 comentarios
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diciembre 9, 2008 a 12:41 am
Berta
Querida Luisa, que hermosa lección nos ofreces hoy.
La Estrada cuando la ví hace ya tantos años, me estremecio.
Creo que es la película mas tierna y brutal a la vez.
Aun que Fellini no hubiese hecho otras muy afortunadas, con esta pasaría a la historia del cine .
Creo que la adorable Giulleta es parte del acierto de la pelicula.
Creo que no se podria mejorar.
¿Que digo?, todo ella es para no olvidar.
Así que me viene bien una marcha atrás.
Gracias y besos.
diciembre 9, 2008 a 1:24 pm
39escalones
Fenomenales escenas has elegido… Yo tengo debilidad por el pobre coleccionista. Tan solo, tan rechazado, tan perturbado él… Si en el fondo sólo quiere que lo quieran… Menos mal que yo no tengo sótano.
Besos.
diciembre 9, 2008 a 2:13 pm
Luisa
La Strada es un peliculón, Berta, es verdad. No hay ni un solo minuto de metraje que no conmueva. Como dices es tierna y brutal a la vez. Esa mixtura la convierte en una bomba intelectual. Fantástica. Fantástica Giulleta.
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Si, Alfredo, exactamente éso creo que quiere decir el texto de Baudrillard colocado a continuación. Es una película un poco espeluznante, por esa mezcla de sensaciones y de intenciones. Un poco como La Strada, pero desde otro punto de vista. Besos.